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Miel Terra Andes

Ciclo de Vida de las Abejas

El ciclo vital de las abejas es bastante interesante. Estos pequeños animales son fascinantes e increíbles. En este artículo veremos el ciclo de vida de las abejas, desde su comienzo como huevo.

 

Se estima que las abejas llevan en la Tierra unos 50 millones de años y la labor que han venido desempeñando en el mundo natural se ha perfeccionado al punto de considerar sus comunidades como un modelo de organización social. 

Su nombre deriva de apícula, una palabra en Latín que se traduce como “pequeña abeja” y aunque son pequeñas en tamaño realizan tareas enormes y trascendentales. 

No solo producen miel, néctar, propóleo y cera sino que a través de su trabajo como agentes polinizadores son piezas claves en el sostenimiento de la biodiversidad y el medio ambiente. 

Es por ello que hoy existen iniciativas en distintos lugares del mundo que buscan preservar su existencia. 

Para lograrlo es fundamental conocer cómo llegan estos invaluables insectos, a convertirse en elementos tan importantes en la naturaleza. 

He aquí algunos detalles que probablemente no conoces de la vida de estos grandes aliados del ser humano.

Panal de abejas: Cuál es su función

Ciclo de vida de las abejas: El inicio de una dulce vida 

La existencia de estos pequeños seres voladores abarca un ciclo repartido en cuatro etapas diferenciadas: huevo, larva, pupa, imago.

El ciclo da inicio en un estado de huevo almacenado dentro de lo que se conoce como celda colmenar. 

Allí, reciben todas las atenciones necesarias. 

Estos huevos son producto de la fecundación del Zángano (o abeja macho) a la Reina. 

Una abeja obrera permanece poco más de 3 días en esta etapa antes de nacer. Es un periodo similar al de la reina. 

Por su parte, el Zángano es un óvulo sin fecundar (partenogénesis) y tiene un periodo de incubación de tres días.

Durante los años que vive la reina puede llegar a producir un millón de huevos, mientras, las hijas la alimentan y limpian de manera muy esmerada. 

Antes de colocar el huevo detecta si el tamaño y las condiciones son adecuadas; la “cuna grande” queda para una futura abeja reina y la más pequeña para una obrera.

Emerge una larva

Una vez cumplidos los días, el huevo pasa a una etapa larval o de “cría abierta” donde permanecerá entre 5 y 7 días. 

En esta fase, la larva debe ir mudando capas hasta alcanzar el tamaño deseado que puede llegar a ser de 6 centímetros.

La larva no tiene patas ni alas pues no desarrolla función alguna en el panal limitándose a comer. 

Las abejas adultas dan de comer un néctar y es en ese medio acuoso donde se desarrolla la larva. 

A la par, el enjambre trata de mantener una temperatura interna estable pues es otra condición necesaria para la evolución óptima en esta fase.

A partir del cuarto día la nutrición es a base de miel y polen rico en proteínas para que gane volumen y peso en el tiempo establecido. 

La futura abeja reina será alimentada con jalea real. 

Una vez cumplido este ciclo, se sella la celda y se da paso a la próxima etapa. 

Una de las etapas más interesantes del ciclo de vida de las abejas: ¡Arranca la metamorfosis!

Llegado el momento, la larva atraviesa el estadio de prepupa y pupa debido a que es un insecto que requiere metamorfosis para llegar a su madurez. 

Durante los 7 o 14 días que puede durar este proceso (dependiendo del individuo que se vaya a formar), va adoptando la fisionomía de una abeja adulta mientras permanece encapsulada, en un estado de inactividad y sin alimentarse.

La ninfa va mostrando el aspecto de un individuo adulto y llegado el momento, busca romper la cubierta de su estrecha celda para salir. 

¡De ninfa a adulto!

Una vez fuera de la celda, las abejas limpiarán y reacondicionarán ese espacio para volver a convertirlo en celda de cría. 

Cuando sale el individuo ya es considerado un adulto y se le conoce también como imago.

Por su parte, las obreras que son la mayoría de los individuos en la comunidad, realizan todas las demás actividades en la colmena.  

Las tareas van desde las más sencillas (como limpieza de celdas y alimentación de larvas), en los primeros días de vida,  hasta las más complejas como creación de cera y defensa del panal. 

Los zánganos como portadores de la mitad de la información genética, una vez superada la etapa de ninfa, se alejan del panal y esperan el baile de apareamiento de la reina. 

Las reinas pueden vivir tres años en promedio, mientras las obreras  apenas unos meses. 

Pero el lapso de existencia más corto es del macho pues tan pronto cumplen su labor reproductiva, mueren. 

De esa manera se cumple el ciclo de vida de las abejas, un pilar trascendental en el equilibrio ecológico y en la existencia humana. 

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